lunes, 6 de noviembre de 2017

"Córdoba Califato Gourmet", un trabajo bien hecho



    El 31 de octubre de 2017 publiqué en la web del diario español LA RAZÓN un artículo sobre mi experiencia en Córdoba Califato Gourmet. Os lo transcribo literalmente (y os dejo el link) ilustrándolo con algunas fotografías de esos días. Espero os guste.
https://www.larazon.es/viajes/cordoba-califato-gourmet-un-trabajo-bien-hecho-CH16773199/




    La palabra “embajador”, fuera del lenguaje estrictamente diplomático, hace referencia a aquella persona o entidad  -pública o privada- que por su valía, conocimientos o trayectoria se hace merecedor de ser un inigualable representante de una determinada institución.




    Pues bien, si estas palabras las llevamos al mundo gastronómico y pensamos en un evento llamado Córdoba Califato Gourmet (www.cordobacalifatogourmet.com) podemos concluir que, tras la exitosa celebración de su cuarta edición, se le podría atribuir el oficioso galardón de “embajador de la ciudad de Córdoba”, en la vertiente que le afecta.




    Estamos en una de las más bonitas ciudades del mundo cuyo casco antiguo fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO y que tiene como máximo exponente a su Mezquita-Catedral, uno de los más emblemáticos edificios del mundo. Una joya arquitectónica que atrae al viajero nada más verla.  Argumentos para viajar hasta aquí hay muchos y de peso.




    Pisamos pues tierras con densa historia. Lugar de paso de diferentes civilizaciones y religiones que durante siglos, obviamente, dejaron su poso e impronta en los más variados aspectos de la vida (urbanismo, arquitectura, gastronomía, música, moda, pensamientos, costumbres, etc.). 

 


    Ahora bien, a Córdoba también se viene a comer. Un buen rabo de toro guisado, un crujiente flamenquín o un salmorejo son, junto a otros, platos muy representativos de estas tierras.           
    La ciudad del Califato, como es bien sabido, también son sus cocinas. Conviene en este sentido recordar que, desde hace pocos años, se está celebrando anualmente uno de los eventos gastronómicos de alto nivel más cotizados de España. Una decidida apuesta que, a pesar de su juventud, ha llegado a buen puerto.




    Año tras año, y ya va por su cuarta edición la celebrada los días 16 y 17 de octubre, se va consolidando y posicionándose en ese selecto grupo de certámenes gastronómicos nacionales que son referencia. 
    Puedo escribir, sin temor a equivocarme, que los grandes cocineros de España quieren estar en Córdoba Califato Gourmet. Sin duda alguna, un escaparate exitoso donde dar a conocer algunas de sus elaboraciones y un foro de intercambio de opiniones y experiencias en el que lógicamente crecen las sinergias. Es, además, un incomparable escenario mediático para apreciar el buen hacer de las cocinas y restaurantes de esta tierra y una gran tarjeta de visita que se convierte en el preludio de nuestro próximo viaje a Córdoba y su provincia.





    Los argumentos de este año han sido de primer orden. Cito algunos: un prestigioso elenco de chefs invitados y profesionales de la gastronomía –algunos de la ciudad- del estrellato culinario español actual (Francis Paniego, Alberto Ferrúz, María Marte, Albert Raurich, Javier Aranda, Macarena de Castro, Kisko García, Paco Morales, José Roldán, Celia Jiménez, …), un magnífico concurso de tapas a cargo de 26 establecimientos en la céntrica plaza de las Tendillas, una cena de las que no se olvidan en el castillo de la Albaida o un excelente show cooking en un marco tan incomparable como el Real Circulo de la Amistad, donde la creatividad estaba presente en muchas elaboraciones.






    Decir Califato Gourmet es decir Córdoba y significa también, para los amantes de este mundo, mirar el calendario del próximo año para dejar hueco en la agenda durante esas fechas. Como suele decirse, hay que estar.




    Conseguir esto no es fácil. Es el trabajo constante de un gran equipo multidisciplinar de profesionales, alguno de los cuales he podido conocer, que gota a gota han conseguido llenar el frasco de las esencias.




    No deseo enfocar estos párrafos mencionando al ganador del concurso de tapas, el nombre de las tapas premiadas y los restaurantes participantes o detallando los magníficos platos que pude degustar, algunos de los cuales dejaron un recuerdo difícil de borrar. Podrás leer en diferentes medios excelentes crónicas al respecto donde conocerás todo tipo de detalles de la edición de este año.




    Trato, en este caso, de recalcar lo que supone Califato Gourmet como escaparate, como posicionamiento de esta ciudad española en el panorama gastronómico actual.
    Eso quiere decir que las cosas se están haciendo bien, que el camino emprendido hace años buscando la excelencia era el correcto. Lo avalan los datos. Enorme participación del público, un plantel de cocineros de primer nivel, calidad por todos los costados y una organización que cuida hasta el más mínimo detalle. Tenía la sensación durante esos días que todos (cocineros invitados, restaurantes participantes, comensales, organización y público) se encontraban cómodos. Quizás sea ése el mejor de los piropos que se le puede atribuir. Claro que hay muchos “embajadores oficiosos” de la ciudad en las más diversas vertientes en los que sólo mencionar sus nombres nos traslada a Córdoba y su provincia. Monumentos, rincones, artistas, escritores, vinos, políticos, recetas de cocina por todos conocidas, etc. El abanico, como puede imaginarse, es amplio, variado y difícil de resumir. La propia historia de la ciudad es la mejor de sus embajadas.

    Pretendo humildemente recalcar una impresión personal. En mi opinión, “ha nacido” otro embajador llamado Califato Gourmet que es el fruto del esfuerzo y dedicación de una serie de personas que con tesón y firmeza en su idea, a pesar de los lógicos contratiempos y sinsabores,  han posicionado, aún más, la ciudad y su provincia en esta vertiente gastronómica. Ahora toca, como decía alguno de sus responsables, darle el empujón internacional. Tiempo al tiempo.





    Creo que cuando las cosas están bien hechas hay que reconocerlas y compartirlas. Cada uno en su foro, en su medio o desde la tribuna donde se sitúe.




    Tengo la sensación de que el edifico ya está construido y los pilares son sólidos. La gran aceptación del público es la más firme de sus evidencias. Larga vida a Córdoba Califato Gourmet. Nos vemos allí dentro de un año. 






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